Las premisas
básicas del conductismo son el estímulo y la respuesta, esta corriente es
aplicada en los seres humanos a modo de poder observar los cambios de
comportamiento siendo condicionados en diferentes situaciones, el
condicionamiento puede ser aplicado para preestablecer cierta conducta en
determinado ámbito y momento.
El análisis
conductual aplicado (ABA, por sus siglas en inglés) consiste en un conjunto de
técnicas basadas en los principios conductuales del condicionamiento operante y
es eficaz en una amplia gama de entornos educativos. Por ejemplo:
Los maestros
pueden mejorar el comportamiento de los estudiantes por medio de recompensas
sistemáticas a aquellos alumnos que sigan las reglas del aula, pudiendo ser
estos premios alabanzas, fichas intercambiables por diversos artículos u otros
elementos que sirvan como motivación. A pesar de la eficacia que han demostrado
tener las recompensas en los cambios de conducta, su uso en la educación ha
sido criticado por los defensores de la teoría de la autodeterminación, quienes
sostienen que los premios debilitan la motivación personal de los aprendices.
Al respecto existe evidencia de que las recompensas tangibles disminuyen la
motivación personal en situaciones específicas. Pero los resultados que señalan
los efectos perjudiciales son compensados por aquella evidencia que demuestra
que en otras situaciones se realza la motivación personal, como por ejemplo,
cuando las recompensas son otorgadas para lograr un incremento gradual de un
desempeño estándar.
Muchas
terapias efectivas están basadas en los principios del análisis conductual
aplicado, una de ellas es el entrenamiento en respuestas centrales (PRT, del
inglés Pivotal Response Training), la cual es usada en trastornos del espectro
autista.
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