La
perspectiva constructivista hace referencia a aquellas teorías del aprendizaje
centradas en la construcción de conocimientos por medio de las experiencias
pasadas y presentes, las cuales contribuyen a la formulación y reformulación de
conceptos e ideas por parte del sujeto, considerando también los determinantes
sociales y culturales que influyen en el proceso de aprendizaje.
Los
psicólogos educacionales distinguen entre constructivismo individual (o
psicológico) y constructivismo social, siendo el primero identificado con la
teoría del aprendizaje de Piaget, mientras que el segundo se encuentra
influenciado por el trabajo de Lev Vigotsky referido al aprendizaje
sociocultural, el cual describe cómo la interacción con adultos, pares más
capaces y herramientas cognitivas son internalizadas para formar constructos
mentales. Jerome Bruner y otros psicólogos educacionales, trabajando sobre la
teoría de Vigotsky, desarrollaron el concepto de andamiaje instruccional, en el
cual el entorno social o medio ambiente ofrece información que sirve de apoyo
para el aprendizaje.
La teoría
constructivista de Vygotsky llevó a pensar que el comportamiento, habilidades,
aptitudes y creencias están inherentemente relacionados con la configuración
sociocultural específica en la que se encuentra el individuo. De acuerdo con
este punto de vista, el aprendiz es culturizado a través de la interacción
social que mantiene dentro de una determinada comunidad de práctica. La visión
adquirida por el constructivismo social produjo nuevos enfoques de enseñanza y
aprendizaje, tales como el aprendizaje cognitivo, en el cual los componentes
tácitos de una tarea compleja son explicitados a un novato a través de
interacciones conversacionales que ocurren entre un experto y él.
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